COMPRANDO EL TIEMPO
Tú que me miras, me observas casi en silencio, pegado prácticamente a mi
cuerpo, como una semi-piel y un semi-objeto, quizá atado a mi mente, me vas
indicando cada segundo. Me recuerdas, me controlas, me presionas, me acobardas.
Sin ti a veces casi me siento desnuda, vacía, algo falta. Me faltas tú, ese ente
inerte que cataliza el tiempo y lo cuantifica en agujas y números. Reloj te
llaman. Pero no eres más que un objeto compañero que vive con y para mí con el
fin de recordármelo: no puedo comprar la libertad y mucho menos aun el
tiempo.
Objeto amigo que, desde hace muy poco y de aquí en adelante, serás algo más
que un reloj, serás reloj-amigo, quizá reloj-amante cuando en él reciba las
notificaciones del WhatsApp, del email, de Facebook, Twitter e Instagram. ¿Y
esto significa que tendré más libertad o todo lo contrario?
No sé si acaba de romperse el romanticismo de una relación
utópica con un objeto inanimado, pero si algo tienen de especial los
relojes móviles es que hay un fondo tras esa esfera, un fondo cambiante, un alma
virtual, hay más vida.Y es que, la semana pasada acudí a la presentación de ese reloj
inteligente que nace de la mano del gigante Huawei y del Gremio de
Joyeros y Plateros de Madrid. Algunos creíamos que lo virtual iba a destrozar el
diseño, pero para eso está ahí el Grupo Ayserco: para dotarle de unas correas
novedosas. Primero fue iPhone, después Samsung, ahora Huawei.
Pronto veremos a cientos de personas abandonar el clásico reloj por uno
inteligente, como lo llaman. Me pregunto si eso es un paso adelante o uno hacia
atrás. Supongo y espero que sea lo primero. Es una realidad. Y hay que sumarse a
ella. Y es que hay cada diseño que convence a más de uno. De hecho, el toque del
Gremio de Joyeros es darle un aspecto de reloj tradicional, aunque dentro haya
inteligencia, haya internet, haya más vida. Reloj te llaman, y espero que no me
decepciones.